Cómo escribir una newsletter para tu estudio que la gente realmente lea
Las newsletters son una herramienta potente para conectar con tu comunidad, compartir novedades importantes y mantener a tus miembros activos y fidelizarlos. Pero una vez que tienes lo básico cubierto, llega el verdadero reto: ¿cómo haces para que la gente abra tu newsletter… y la lea?
Esta guía se centra en cómo escribir newsletters que se sientan personales, relevantes y atractivas para tus clientes. No vamos a hablar de plataformas ni de diseño, sino del mensaje. Te mostraremos los principios de una buena escritura para que tu próxima newsletter no pase desapercibida, sino que se convierta en algo que tu comunidad espere con ganas.
Por qué tu newsletter puede estar pasando desapercibida
Puede que hayas dedicado tiempo y cariño a escribir tu newsletter, pero apenas unos pocos la abren. Es frustrante, pero muy común. Las bandejas de entrada están saturadas, y la mayoría borra o archiva los correos en segundos si nada capta su atención.
Algunas razones típicas por las que las newsletters de estudios no se leen:
- El asunto es demasiado genérico: títulos como “Newsletter Julio 2025” no dicen qué ganará el lector al abrirlo.
- El correo suena impersonal: si parece un mensaje masivo, la gente desconecta.
- Demasiada información a la vez: un email con cinco temas diferentes y sin foco puede resultar abrumador.
- Suena a marketing, no a ti: tus miembros prefieren escuchar a personas, no a marcas.
Reconocer estos patrones es el primer paso. Y la buena noticia: casi todos se pueden arreglar con unos pequeños cambios en cómo escribes.
El asunto es el tema principal
El asunto es lo primero que tus miembros ven y muchas veces, lo único antes de decidir si abren tu correo o no. Por eso, nunca debería ser una idea de último momento. Los mejores asuntos despiertan curiosidad o transmiten valor directo. Dan una razón clara para hacer clic: porque no quieren perderse algo o quieren saber más.
Ejemplos que funcionan:
- “Nueva clase + una pequeña sorpresa”
- “Nos lo pedisteis: vuelve el horario más solicitado”
- “Cómo mantener la constancia en verano (aunque haga calor)”
Evita:
- “Newsletter mensual”
- “Noticias del estudio”
- “Actualizaciones del equipo”
Y no olvides el texto de vista previa (el que aparece bajo el asunto). Es una segunda oportunidad para convencer a tu lector de abrir el correo.
Habla como persona, no como una marca sin personalidad.
Uno de los errores más comunes es escribir de forma demasiado formal o demasiado comercial. Pero tus miembros ya te conocen: tu voz, tu energía, tu equipo.
Tu tono en los correos debería reflejar esa cercanía y autenticidad que transmites en el estudio. Escribe como si hablaras con una persona de confianza. Usa frases sencillas, naturales, con un tono directo. Y si empiezas con una breve introducción personal, aún mejor: hace que el lector se sienta visto.
Por ejemplo:
“Hola Julia, Acabamos de cerrar nuestro último yoga brunch de la temporada y fue una mañana increíble. Gracias a todos los que vinisteis. Y si te lo perdiste, no pasa nada: el mes que viene repetimos…”
Ese tipo de tono crea conexión y fidelidad con el tiempo. La gente lee (y responde) mucho más a un correo que suena humano que a uno que parece publicidad.
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Que se pueda leer de un vistazo, pero que se recuerde facilmente.
La mayoría no lee una newsletter entera. Escanean rápido y deciden en segundos si seguir o salir. Por eso, la estructura es clave, incluso si tu email es solo texto. Usa párrafos cortos, subtítulos claros y negritas para destacar lo importante.
Algunos consejos:
- Enfócate en un solo mensaje principal por correo.
- Intenta no pasar de 400 palabras (a menos que estés contando algo especial).
- Usa encabezados tipo “Nueva clase de la semana” o “Tu invitación a nuestro próximo evento”.
- Deja espacio entre bloques y resalta las fechas o acciones clave.
Cuanto más fácil sea encontrar lo que importa, más fácil será que la gente interactúe.
Personaliza tu contenido para que se sienta relevante
Un poco de personalización marca una gran diferencia. Tus clientes leerán más si sienten que el mensaje está pensado para ellos.
Si tu herramienta de email lo permite, incluye su nombre o menciona clases que hayan reservado. Si no, puedes segmentar tu base por tipo de cliente:
- Nuevos miembros → consejos de bienvenida o recomendaciones.
- Clientes habituales → promociones o nuevos retos.
- Clientes inactivos → recordatorios con un incentivo especial.
Ejemplo:
“Sabemos que te encanta nuestra clase de Mobility. ¡Buenas noticias! Hemos añadido una nueva sesión los domingos por la mañana.”
Una newsletter que refleja los intereses reales de tus miembros se siente como un servicio, no una venta.
Responde siempre a: “¿Qué gano yo con esto?”
Cada vez que escribas una newsletter, hazte esta pregunta: ¿por qué alguien debería leerla?
Tus clientes no se interesan por cada detalle del horario o actualización del equipo… a menos que les afecte directamente. Así que en lugar de listar lo nuevo, explica el beneficio.
En vez de decir: “Ahora ofrecemos un 10% de descuento en bonos de 10 clases.”
Di:
“¿Quieres mantener tu ritmo este mes? Ahorra un 10% en tu próximo bono y reserva tu plaza antes de que se llene.”
Este enfoque conecta tu mensaje con una necesidad real del cliente.
Añade emoción y urgencia
Un buen texto no solo informa: mueve emociones. Una newsletter efectiva genera ganas, ilusión y acción. Puedes hacerlo tan simple como recordando una fecha límite o destacando que algo es exclusivo por tiempo limitado.
Frases que funcionan bien:
- “Solo quedan 5 plazas para el workshop del domingo”
- “Acceso anticipado solo para suscriptores”
- “Reserva antes del viernes para asegurar tu sitio”
La urgencia motiva a actuar ahora, no “más tarde”. Pero siempre con honestidad: si algo no es limitado, no lo digas.
Un mensaje, una acción
Si tu email tiene cinco botones y tres enlaces, nadie sabrá dónde hacer clic. Una buena newsletter guía al lector hacia una única acción principal.
Puede ser:
- Reservar una clase
- Apuntarse a un evento
- Leer tu último blog
- Responder al correo
Haz que tu llamada a la acción sea clara y visible: un botón o enlace en negrita que destaque. Usa textos directos como: “Reserva tu plaza”, “Apúntate ahora” o “Descubre la nueva clase”.
Menos opciones = más claridad = más clics.
Sigue aprendiendo: prueba, mide y ajusta
Escribir buenas newsletters es una habilidad, y como toda habilidad, mejora con práctica y feedback.
Después de cada envío, revisa tus métricas:
- ¿A cuánta gente se le abrió el correo? (El asunto funcionó)
- ¿Hicieron clic? (El mensaje y el CTA funcionaron)
- ¿Hubo bajas? (Quizás el contenido no conectó)
En resumen
Tu newsletter no es solo un canal para comunicar, es una oportunidad para hablar directamente con tu comunidad. Una forma de fortalecer tu marca, crear conexión y mostrar la personalidad de tu estudio también en el mundo digital.
Cuando ya tengas tu newsletter en marcha, el siguiente paso es hacer que valga la pena leerla. Esta guía te ayudará a dejar atrás los correos impersonales y enfocarte en una comunicación auténtica que haga sentir a tus clientes vistos, cuidados y motivados a seguir contigo. Escribe como una persona con cercanía , aporta valor y piensa siempre en tu lector. Lo demás vendrá solo.

